Cuando uno vive en el exterior, se presentan oportunidades que marcan la ruta de la vida de uno.
Cuando me decidí a comenzar este blog, lo hice
con cierta incertidumbre de si tendría éxito. El tema de escribir, como ya
deben haberse dado cuenta, es algo muy personal, y que se ha canalizado a mi
trabajo. Centenares de informes han pulido la redacción, la puntuación, el
vocabulario. Jefes de gran cultura y calidad de redacción han sido espléndidos
correctores. Tanto que, cuando leo algunos de esos reportes de hace años, hasta
me sorprendo.
Hoy, a diez años de haber tomado ese “salto de
fe”, me siento satisfecho de lo que he logrado.
En este tiempo he compartido con ustedes mis
ideas, mis reflexiones, momentos alegres y tristes, por igual.
Y sus comentarios y porras han sido una
motivación para seguir adelante, a veces con mucha frecuencia, a veces con
entregas esporádicas. Y no es falta de ganas, sino más bien de tema. Como les
dije en esa primera oportunidad: no pretendo abusar de su tiempo ni insultar su
inteligencia.
Comprendo que hay unos temas más interesantes
que otros, o que llaman más la atención. De todo hay en la viña del Señor.
Pero este ejercicio, como le llamé desde le
principio, ha sido un aprendizaje. Es un revisar una y otra vez el texto antes
de publicarlo. Es buscar la palabra correcta que transmita el mensaje deseado.
No pretendo ser rebuscado, pero tampoco caer en el simplismo.
El blog ha sufrido transformaciones, algunas
por recomendaciones de ustedes, otras por cómo se ha desarrollado mi vida a lo
largo de estos años y de las experiencias que he compartido con ustedes. Es
algo dinámico y que no deja de evolucionar.
Paralelamente al blog, sigue en el horno el
tema de mi libro de cuentos. Estoy pendiente de que la editorial lo acabe de
revisar para trabajar en las correcciones que ellos me digan. Si todo va bien,
en la primera mitad de 2020 les daré noticias.
Escribir ha sido una actividad que he
desarrollado por gusto, independientemente de que haya sido también una
herramienta de trabajo. Desde la época de la máquina de escribir ha sido algo
que he practicado con amor, con pasión. En el teclado he volcado mi
inspiración, a veces de manera imperfecta, otras con más talento. Si bien ha
sido en el campo de la ficción, que no es un género sencillo, ni mucho menos,
ha sido el templete donde he podido desarrollar mi creatividad.
El blog ha sido diferente.
Aquí les he compartido momentos de mi vida
diaria, experiencias de impacto enorme en mí, reflexiones sobre cosas que me
son de interés y de las que quiero hacerlos parte a ustedes, amigos lectores y
lectoras. A ratos he sido algo irreverente, pero nunca para faltar al respeto o
insultar a nadie. Me gusta el buen humor en un texto, pero sin caer en el
chiste vulgar o la gracejada barata. El idioma es lo suficientemente rico para
poder jugar con él y generar una sonrisa honesta y hasta algo de risa, pero
nunca malbaratando las palabras.
También ha sido escenario para descargar pesar
y dolor que uno carga por pérdidas y ausencias. Por finales que fueron
inevitables y despedidas que son parte del devenir de uno en este mundo.
Siempre he sido honesto con ustedes. Creo que
es lo menos que puedo ofrecer, junto con una lectura que aspira a ser amena y
consiga el interés de quien tenga mis textos frente a su vista. A veces uso un
poco la exageración de la parodia y otras la precisión de los datos “duros”,
como les dicen ahora. Los que son hechos verificables, lo han sido
acuciosamente. Los que son “oídos al pasar” son tratados de ese modo. He procurado
de dejar claro lo que es mi muy personal punto de vista y lo que opinan otros.
Es parte de la objetividad de quien observa la historia y desea ser relator de
ella.
“Desde el exterior” sigue siendo un placer de
escribir y compartir con ustedes. No lo quiero llamar “catarsis” porque no es
transferirles a ustedes mi sentir. Es compartirlo, a ratos como una
confidencia, a ratos como un chisme (¿por qué no? ¡a mí me encanta el chisme!),
a veces como anécdota o también como un recuento de los hechos, propios o de
algún momento histórico en el tiempo y en el espacio.
¿Qué nos depara el futuro? ¿A dónde vamos?
¿Cuándo llegaremos? No lo sé.
Lo que sí tengo cierto es que “Desde el
exterior” sigue. ¿por cuánto tiempo? El que la posibilidad de transmitirles mi
experiencia lo permita, con la frecuencia que me sea posible, pero siempre, con
el deseo de hacerlos a ustedes partícipes de lo que es mi vida desde el
exterior.
Gracias a todos y cada uno de ustedes por ser
parte de esta charla de amigos, Espero seguir contando con su compañía por
mucho tiempo y, como siempre, agradeceré sus comentarios y sugerencias.
Vayamos por muchos años más… ¡desde el
exterior!
4 comentarios:
Alberto tu estilo se escribir y redactar refleja exactamente tu personalidad 100%. Es muy ameno y enganchador. Una lvez que uno empieza a leer tus anécdotas, reltos o historias nomse puede dejar a medias.
Te felicito y conmino a que no dejes de hacerlo. Tu manejo del lenguaje es muy fluido y robusto.
Te mendo un abrazo con mucho afecto. Te ruego lo hagas extensivo a la gran lectora ( y adista al café) Delia.
Felices, frías y blancas fiestas.
Jesús
La vida en el exterior es altamente satisfactoria, con sus altas y sus profundas bajas, pero lo más meritorio para mí fue y será el haber servido a México y a los mexicanos por tantos y tantos años.
¡Muy feliz Navidad querido Alberto!
Diana Castañeda
Pues a mí me pasa casi exactamente igual. El fundamento y la justificación de escribir está en el placer de hacerlo y en el de compartir lo creado. En ocasiones es una aportación, o al menos así lo cree el autor, en otras es una revelación, pro la mayor parte de las veces se trata simplemente de un desahogo. En fin, trato de alentarlo a que no ceje, continúe compartiendo sus ideas, sentimientos y apreciaciones. Enhorabuena.
Es dificil pero gratificante y aunque no soy miembro del SEM se lo que es el trabajo consular además de la escuela que tuve en la extinta DGPAC con Olga, Jaime Martín Serrano y Toño Valladares, entre otros, y en donde te conocí ya estando tú en Shanghai. Feliz año por cierto...
Publicar un comentario