07 agosto, 2010

Cuando un amigo se va...

Hace poco supe que un buen amigo había fallecido de manera violenta. Alguien de quien no tenía noticias desde hace muchos años. Más o menos de cuando tomé esta fotografía: así era Shanghai en 1994, cuando llegamos en nuestra primera asignación en el exterior.

Pareciera un poco la manera en que empieza una película de los 80's: "Stand by me". El narrador inicia contando una situación similar y empieza a recordar a su grupo de la infancia y de la aventura en que estuvieron especialmente unidos.

Acá es distinto. Ni es ficción, ni es una aventura de la infancia.

En Shanghai conocí a una persona que hizo más agradeble mi estancia y mi trabajo allá. Un colega de un país de Europa Central que llegó a abrir el consulado de su país en Shanghai. Por cierto, tenía un nombre bastante curioso para mí: Ivo.

Ivo era más o menos de mi misma edad, pero llegaba como titular de su oficina. Encontró oficinas disponbiles (o los chinos lo "convencieron", la verdad no lo se y francamente era irrelevante averiguarlo) y acordes a sus necesidades en el mismo edificio en que estaba nuestra oficina. Desde la vez que nos visitó para presentarse iniciamos una relación cordial. No de inmediato, por supuesto, pero a fuerza de coincidir en el elevador, o encontrarnos en algunos eventos oficiales y recepciones, desarrollamos una agradable amistad.

Igualmente conocimos a su esposa Jana. Simpática aunque... digamos... peculiar. Era de trato agradable, alegre e inquieta como una campanita. Recuerdo que tenía anteojos para casi cualquier combinación de ropa, lo que la hacía ver sofisticada.

Algo que siempre tuvieron Jana e Ivo es que nunca fueron de ese tipo de gente que se sienten de la alta alcurnia por el puesto que tienen. Su sencillez era una de sus características más valiosas. Llegamos a vernos alguna vez en el supermercado y nunca escatimaron un saludo, un comentario para hacer una charla ligera y un "hasta pronto" sincero. Siempre tuvo un consejo oportuno para mí, ya que sabía que era principiante en el oficio. Desde un principio rompió la formalidad de dirigirme a él por su rango, él era Ivo.

Ivo era una gran persona, no sólo en su carácter, sino en su estatura. Medía, creo yo, casi 1.90 metros; era delgado, pero era evidente que hacía ejercicio, lo que se notaba en que tenía un aspecto atlético y era, a decir de algunas chicas, bastante atractivo.

En su trabajo era muy profesional. En las reuniones y actividades relacionadas con nuestro oficio tenía siempre un comentario oportuno, una pregunta relevante o se limitaba a observar con detenimiento y, cuando estábamos en alguna pausa o nos encontrábamos después de la actividad, compartía un interesante punto de vista. Siempre supo representar a su país con dignidad, lo que me comentaron otros colegas. A pesar de ser el jefe, no dejaba de asistir a reuniones de trabajo que teníamos los subalternos y participaba activamente, lo que nos halagaba a los participantes.

Ivo terminó su función en Shanghai poco antes de nuestra salida. Fue triste decirle "adiós", pero es parte de este oficio. Conocer gente que llega y despedir a la que se va.

Por mucho tiempo recordábamos a Ivo, su simpatía, su amabilidad, un buen amigo. Hace más o menos un mes se nos ocurrió buscarlo en Google. Todo aquel que es alguien en este planeta está en Google (al menos eso dicen algunos... aunque es debatible...). Y lo encontramos. Y fue como supimos que había fallecido.

Aunque pueda parecer algo cursi o rebuscado, la verdad es que Ivo falleció de manera heróica y en cumplimiento de su deber. El hotel en que estaba hospedado por haber recién llegado a su nueva asignación, fue bombardeado. Él sobrevivió al ataque y estaba ayudando en el rescate de los heridos. Sin embargo, el hotel se incendió y pereció en las flamas. El incidente apareció en los principales medios informativos de su país, e incluso en CNN. Salió del país en que estaba asignado como héroe y llegó a su patria envuelto en la bandera de su país, siendo recibido por su ministro y otros altos funcionarios de su gobierno, así como su familia, quienes lo esperaban en la pista del aeropuerto.

El saber esto nos entristeció profundamente. Si bien es cierto que no tuvimos contacto alguno al separarnos en nuestras respectivas salidas de China, al menos nosotros siempre guardamos un grato recuerdo de nuestro amigo Ivo.

Ivo Zdárek, Embajador de la República Checa en Pakistán, y que fuera Cónsul General de su país en Shanghai, China, de 1995 a 1999, falleció en el hotel Marriot de Islamabad en septiembre de 2008 tratando de rescatar a otros sobrevivientes del bombardeo al hotel, cuando éste ardió en llamas.

Para mí siempre será simplemente Ivo, mi amigo.

Descanse en paz.