27 abril, 2015

Checklist

Cuando uno vive en el exterior, y está en vísperas de iniciar un traslado, se hace necesario organizarse para el ritual de la partida. No es tan sencillo como decir: "ok, ya estuvo, ¡vaaaamonooooooooss!!". Es algo mucho más complicado.

Es en estos momentos cuando uno se da cuenta de que el atesorar o acumular cosas es una práctica arraigada en la familia... guardamos regalitos, papeles, cosas olvidadas por los amigos, mas lo que hemos ido agregando a lo que hemos tenido desde antes, desde ropa hasta libros, desde algún nuevo mueble hasta el cuadro del que no nos habíamos acordado por muchos años, pero que en esta ocasión sí tuvo espacio en donde ser colgado. Y como eso,  muchas otras cosas más.

De la experiencia de mudanzas pasadas, mas lo que hace la necesidad actual, uno tiene que hacer una lista de revisión de lo que se va en el contenedor; lo que se queda regalado, vendido o donado acá; o lo que se va con bombo y platillo a la basura. Y siempre hay de los tres tipos de cosas. Y siempre hay resistencia a que algo se quede o se tire, porque tiene un significado...

Los juguetes de infancia de los chicos ocupan un lugar preponderante. Nuestra hija tiene una casa de muñecas perfectamente equipada, que recibió en una Navidad, de Santa Claus, cuando era una pequeñita de 6 ó 7 años; y ahora, a sus flamantes 16, al mencionarle siquiera la posibilidad de que la podamos donar a algún dispensario, se opuso radicalmente. La casa de muñecas nos acompañará a Canadá, pase lo que pase... Y nuestro chico tiene cosas similares... Y Delia también... y yo también... ¿a quién queremos engañar? nuestro apego a las cosas que han formado parte de nuestro bagaje de muebles y vivencias difícilmente lo soltaremos, y eso se dará en un arranque de "no podemos seguir cargando con tanta tarugada... ¡todo se va a la basura!!!"

Al momento de hacer y revisar esa lista de las que les decía más arriba, uno empieza a discriminar sobre lo que es importante, valioso, significativo, útil, o cualquier otra virtud que haga que nos acompañe una mudanza más; y se separa de lo que resulta inútil, estorboso, pesado, desagradable, que represente algo de lo que no queremos volver a acordarnos, y todo aquello que le asegure un lugar fuera de nuestro menaje y de nuestras vidas.

Así como hacemos con los objetos en nuestros closets, en las gavetas y armarios, en las canastas y en todos los espacios y receptáculos de cosas y chácharas, así también se hace un recuento de las vivencias, los recuerdos, las imágenes y todo lo que hizo esta parada lo que fue: una mezcla, siempre desigual, de alegrías, tristezas, logros, fracasos, esperanzas, desilusiones, encuentros, desencuentros, adquisiciones, pérdidas... en fin, todo lo que pasa por la vida de uno entre un segundo y el que sigue, el repaso de las personas que llegaron a nuestra existencia, las que se fueron, las que estuvieron de paso, las que llegaron para quedarse.

En esta etapa hubo logros, y tuve la alegría de compartirlos con ustedes por feisbuc, en correos o por este medio. Dijimos varios adioses, en algunos nos acompañaron, otros fueron muy íntimos y se quedaron en la privacidad. Es el dinamismo de la vida misma.

Ahora que estamos planeando el empaque de nuestra casa para llevarla a nuestro siguiente destino, vemos que el menaje, como siempre, ha crecido. En las cosas materiales, era de esperarse. Uno encuentra nuevos objetos para decorar la casa o el ánimo, el intelecto o la vanidad, y pasan a ser parte del inventario que se subirá al transporte. En aquello inmaterial, los amigos, los recuerdos, las vivencias, las alegrías, las lágrimas, los sentimientos encontrados... es, quizá, la parte del menaje que más ha crecido en esta etapa... y, sin embargo, no pesa nadita de nada en la báscula de la aduana, pero sí en la del corazón.

Ando medio nostálgico, creo que se nota...

El caso es que, ante la inminencia de nuestra partida, este tipo de recuentos se hace necesario, tanto a nivel personal, como a nivel de pareja y de familia. Es ver en la pantalla de la mente a los amigos y conocidos que se reencontraron, a los que se acaban de lograr y a los que se ha visto partir. Es visulaizar los lugares que recuperaron su significado, los que adquirieron uno nuevo y los que lo perdieron del todo. Son las experiencias adquiridas y aquello que no pasó de ser un mero proyecto que nunca prosperó. Y en estos casi 4 años en la Patria ha habido mucho de todo esto. Algo para meditar en los ratos de escasa tranquilidad entre que vemos y decidimos qué se queda y qué se va.

Etapas previas al regreso al exterior.