27 diciembre, 2009

Consulte a su médico

El vivir en el exterior lo hace a uno ver las cosas desde diferentes perspectivas y aprender sobre la manera en que otros lugares ven las cosas cotidianas.
Cuando estuve en Shanghai, a los pocos días de haber llegado, pregunté a una de las asistentes de la oficina en dónde podría encontrar una farmacia. Nuestra conversación fue en inglés:
- "Excuse me, Miss Liang, where can I find a drugstore?"
La muchacha abrió unos enormes ojos y con cierto nerviosismo me preguntó:
- "What kind of drug you are looking for?"
Yo contesté con naturalidad:
- "Well, some aspirins, things like that"
Ya con más tranquilidad, la muchacha me respondió:
- "Ahhh! There is a pharmacy in..."
Después supe que en Shanghai se usaba el inglés británico como herencia de la presencia extranjera durante el Siglo XIX, y allá a las farmacias se les conoce como "pharmacies". Yo había aprendido que se les llamaba "drugstores", mas al estilo de Estados Unidos. Entonces fue que comprendí la preocupación de la asistente por yo preguntarle por una tienda de drogas...
En México existen, en mi humilde opinión, dos tipos de medicinas: las que uno compra en el súper y las que uno compra en la farmacia. Las primeras son cosas sencillas como analgésicos o antigripales, alcohol para los golpes y vendas para las lastimaduras. En la farmacia uno compra medicinas más especializadas o para una dolencia en concreto. Es ahí cuando uno va a buscar un medicamento recetado por el médico o que la tía Luisa le recomendó a uno y que "es buenísimo para tal cosa...". Si buen es cierto que ese tipo de medicinas tiene la leyenda "Prohibida su venta sin receta médica", la verdad es que uno sabe lo que compra porque se lo recetó el médico o alguien de confianza ya lo probó y vivió para contarlo.
Cuando llegué a Estados Unidos, al ver la televisión me sorprendió la gran cantidad de publicidad sobre medicamentos de venta solo con receta médica. Por supuesto, en el comercial le dicen a uno: "tal medicina no es para todo el mundo. Si usted tiene alergia a los perritos poodle, o se desmaya de ver paisajes nórdicos, tal medicina no debe usarla". También le dan al paciente una letanía de efectos secundarios que, en lo personal, lo hacen dudar a uno del verdadero beneficio del producto. Cosas como "si le empieza a dar el telele, debe dejar de tomar la medicina y ver de inmediatro a su médico, ya que puede ser un efecto grave. Si bebe, no lo use, si fuma, tampoco, si le va a la Chivas no debe tomarlo con agua mineral". Ah, pero eso sí la tal medicina es magnífica para el reuma y la recomienda tal o cual celebridad.
Yo soy de la idea de no recomendarle a mi doctor qué recetarme para mi dolencia sólo porque lo ví en la tele. El hombre (o mujer) estudió una vida en la universidad para saber qué medicina es la correcta para mi enfermedad. En México sólo se anuncia (o al menos así me lo ha parecido) únicamente medicamentos de uso común, pero nunca algo que deba ser supervisado por un médico. Acá uno le dice al médico qué es lo que quiere que le recete a uno porque lo ví en la TV, y esos cuates no mienten. Me dicen que tal medicina es la solución más efectiva contra mi padecimiento y me advierten de los "posibles efectos secundarios" y que, por supuesto, lo platique con mi médico.
Ese tipo de aclaraciones, que ocupan casi la tercera parte del comercial, son liberaciones de responsabilidad, "disclaimers" como les dicen por acá, es la manera en que los laboratorios, que gastan verdaderas fortunas en mercadotecnia para promover sus productos, se protegen de demandas de pacientes que, por pensar que la medicina era la solución de su problema, como le ayudó a Juanito de las Maracas, quedan liciados o afectados por toda la vida, si no es que les cuesta la vida misma.
Luego acá los laboratorios farmacéuticos plantean las enfermedades más privadas como herramienta de promoción publicitaria de sus productos. Padecimientos como depresión, osteoporosis o disfunción eréctil (algunos de mis amigos le dirían de muchas maneras, que me reservo para no hacer prosaico este espacio) son frecuentemente invocadas para invitar al paciente a platicarlo con su médico y ver si tal medicamento es el correcto para su padecimiento. Yo pienso que lo que se platica en un consultorio se queda en el consultorio, no se promueve en televisión en tiempo estelar en los comerciales dentro de las series más vistas o durante la novela.
En fin... Cada país tiene su modo de curarse los raspones luego de una caída. No faltará el lugar en que los analgésicos y las vitaminas se vendan bajo estricto control médico.
Moraleja: si persisten las molestias, consulte a su médico.

18 diciembre, 2009

Arribo

Hoy empiezo este ejercicio (se lee muy profesional, ¿verdad?). Ya me habían dicho eso de empezar un blog, y la verdad nunca me había llamado la atención. Ahora el que no está en uno, sencillamente es parte del montón.
Pues bien, salgamos del montón.
Siguiente punto: ¿por qué "desde el exterior"? Simplemente porque vivo en el exterior. En el exterior de mi país, de mi herencia, y me entregué a la vida gitana de deambular por el planeta en nombre de una bandera y de una nación... la mía, a la que me honro representar.
De hecho cualquiera que vive en el exterior es visto como un "embajador". Los hay del arte, de la ciencia, de la infancia, del esto y del otro... Yo no me precio de tanto. Simplemente represento a mi país, eso es más que suficiente. Ya es bastante responsabilidad, sin tener que agregarle calificativos o nombres rimbombantes.
Esta es la primera jornada de este camino. Te invito, amigo lector (o lectora) a que seas parte de ella. No prometo escribir a diario, pero sí cuando sea relevante o necesario. No pienso marearte con "hoy me levanté de la cama y me di cuenta de que estaba parado". Respeto tu tiempo y tu intelecto. Te ofrezco escribir de algo que yo crea que vale la pena y tu, por favor, dame tus comentarios para estar seguro si realmente vale la pena.
Siendo honesto contigo, te diré que mucho de lo que voy a platicar contigo es sobre mi oficio: el Servicio Exterior Mexicano: ideas, reflexiones, reclamos al infinito... pero también visitaré otros temas, mucho de la vida diaria, algo de lo que pasa una vez en la vida. Un poco de todo.
Espero contar con tu compañía y tu respuesta.
Vayamos pues... desde el exterior.