25 julio, 2019

"We choose to go to the Moon..."

Cuando uno vive en el exterior, la Historia nos llama a revisitarla con nuevos ojos.

Para nosotros que tenemos una especial atracción por el espacio, no sólo en la fantasía de la ciencia-ficción, sino desde la realidad del programa espacial y la exploración hecha desde los años 50's y 60's del siglo pasado, este mes de julio de 2019 tiene un muy especial significado.

Se celebra el 50 aniversario de la llegada del ser humano a la Luna.

Independientemente de las teorías de la conspiración de que fue una puesta en escena de algo imposible de lograr, la abrumadora evidencia demuestra que, efectivamente, dos seres humanos del lugar al que llamamos planeta Tierra estuvieron de pie en la Luna, cortando para siempre el cordón umbilical que nos conectaba a este cuerpo celeste en donde hemos vivido, desarrollado, construído y destruido en los últimos dos millones de años.

Fue el primer paso real hacia otros mundos y las estrellas.

Pero, independientemente de lo romántico del hecho, la historia detrás de cámaras fue impulsada desde dos discursos que dio el presidente John Kennedy. El primero en 1961, ante el Congreso de su país, en el que anunció que "esta nación debe comprometerse en lograr la meta, antes del final de la década, de enviar un hombre a la Luna, y regresarlo a salvo a la Tierra".


Esa fue la parte para convencer a los políticos y al entorno en Washington. Pero el que fue el mensaje que atrajo a la opinión pública de su país, a la humanidad de los 1960's, y a la Historia posterior a esa fecha, fue el que dio en la Universidad de Rice, cerca a Houston, Texas, un año después. Un discurso lleno de pasión en el que toca las fibras más sensibles del espíritu de exploración que ha caracterizado, no sólo al pueblo de Estados Unidos, sino al género humano en su conjunto., en el que  nos recuerda que las grandes proezas se han hecho por los retos que representan para el alma del ser humano.

"Escogimos ir a la Luna y hacer las otras cosas, no porque eran fáciles, sino porque eran difíciles". Encontré este collage con la parte más significativa del discurso y que, en mi personal opinión,capta el sentido de ese mensaje:




Con estas palabras, Estados Unidos se embarcó en la aventura más ambiciosa nunca antes intentada: salir de la zona de confort que es la Tierra y lanzarse en una travesía jamás realizada para llegar a la Luna. Todos los recursos humanos y tecnológicos disponibles fueron puestos a disposición de este magno proyecto.

Casi medio millón de personas, en diferentes partes de Estados Unidos, participaron en las diversas fases del diseño, planeación, construcción y lanzamiento de la nave que llevaría a los astronautas en un viaje de alrededor de tres días, en espacio abierto, para llegar a nuestro satélite natural. Antes de ellos, numerosas sondas y robots habían ido en avanzada para explorar los posibles puntos de descenso.

Pero no eran los únicos con la misma idea.

La Unión Soviética, enemigo natural de Estados Unidos, tenía también la mirada puesta en llegar a la Luna. Ambos países se habían embarcado en una carrera espacial para lograr la supremacía más allá de nuestra atmósfera, en lo más álgido de la Guerra Fría. Y, para ser honestos, los soviéticos llevaban la delantera, y por mucho.

En 1957 pusieron el primer instrumento en órbita creado por el hombre: el Sputnik 1: una esfera del tamaño de una pelota de basketbol, con 4 enormes antenas, y que transmitía una señal intermitente, que incluso radioaficonados de cualquier parte del mundo podían captar. Insulto sumado al agravio: pocos meses antes de que la cápsula Mercury fuera lanzada, lo que pondría a Estados Unidos a la cabeza de la carrera, Yuri Gagarin fue lanzado desde la Unión Soviética, reafirmando el liderazgo de la URSS. Lo peor, y que no se anunciaba mucho, es que el lanzamiento de Mercury era la esperanza de la Unión Americana de redimirse de una larga serie de fracasos estrepitosos de los estadounidenses en lanzar un aparato electrónico en órbita.

Y la carrera siguió, cada quien con una victoria de su lado: la primera mujer en el espacio (URSS), acoplamento de dos vehículos en órbita (EUA)...

Pero seguía el compromiso de Kennedy: llegar a la Luna. Y la década se acercaba rápidamente a su fin.

Sin embargo, quien lanzó esa voz de reto no estaba para presenciar que su desafío pudiera lograrse. Había caído víctima de un asesino un año después del célebre discurso de Rice.

Pero la empresa no fue gratuita. Cobró... y muy caro.

La primera prueba de la nave que llevaría astronautas a la Luna, llamada Apolo, pasó de una aburrida prueba preliminar, con tripulación y en condiciones similares a un despegue real, a una tragedia terrible en sólo 18 segundos: en un ambiente de oxígeno puro, una chispa en un cable defectuoso creó un infierno que reclamó la vida de los tres tripulantes del Apolo 1: Gus Grissom, uno de los siete astronautas originales del programa Mercury y luego Gemini; Ed White, primer estadounidense que "caminó" fuera de su cápsula; y Roger Chaffee, en su primer vuelo al espacio.

En una prueba plagada de fallas, estos tres mártires de la exploración espacial fueron despedidos como héroes, pero hizo que el programa completo tuviera una profunda revisión hacia el interior de todos y cada uno de los procesos, de la construcción de la nave, de las medidas de seguridad. Todo se puso bajo la lupa, y dejó ver una enorme cantidad de fallas, descuidos, errores y actos de incompetencia por parte de la NASA.

Gene Kranz, uno de los Directores de Vuelo que vieron el incidente del Apolo 1 convocó, a los pocos días del evento, a los técnicos y gente involucrada en la prueba, y de toda la agencia, y les dio un mensaje directo, descarnado y, sobre todo, honesto y para mover a todos y cada uno en NASA para que un accidente así jamás volviera a suceder. A este mensaje se le conoce como el "Kranz Dictum". Merece ser transcrito de manera íntegra, en su idioma original:

Spaceflight will never tolerate carelessness, incapacity, and neglect. Somewhere, somehow, we screwed up. It could have been in design, build, or test. Whatever it was, we should have caught it. We were too gung ho about the schedule, and we locked out all of the problems we saw each day in our work. Every element of the program was in trouble, and so were we. The simulators were not working, Mission Control was behind in virtually every area, and the flight and test procedures changed daily. Nothing we did had any shelf life. Not one of us stood up and said, "Dammit, stop!" I don't know what Thompson's committee will find as the cause, but I know what I find. We are the cause! We were not ready! We did not do our job. We were rolling the dice, hoping that things would come together by launch day, when in our hearts we knew it would take a miracle. We were pushing the schedule and betting that the Cape would slip before we did.
From this day forward, Flight Control will be known by two words: "Tough" and Competent". Tough means we are forever accountable for what we do or what we fail to do. We will never again compromise our responsibilities. Every time we walk into Mission Control, we will know what we stand for. Competent means we will never take anything for granted. We will never be found short in our knowledge and in our skills. Mission Control will be perfect. When you leave this meeting today, you will go to your office, and the first thing you will do there is to write "Tough and Competent" on your blackboards. It will never be erased. Each day when you enter the room, these words will remind you of the price paid by Grissom, White, and Chaffee. These words are the price of admission to the ranks of Mission Control.

Este mensaje cambió radicalmente el ánimo de todo el mundo en NASA. Estas palabras hicieron posible que Apolo 8 pudiera llegar a la órbita de la Luna y mandar uno de los mensajes más emotivos de la historia de la exploración espacial. Era la Navidad de 1968, y los astronautas en esa misión: Frank Borman, Jim Lovell y William Anders, considerando lo significativo de la fecha, tenían programado transmitir un mensaje a la Tierra. Preguntaron a la gente de Relaciones Públicas de NASA si habría algo programado para ellos en esa fecha. La consigna fue simplemente "digan algo apropiado".

Y así lo hicieron.


Independientemente que uno sea religioso o no, el escuchar los primeros versículos del Génesis en la noche de Navidad desde la Luna adquiere un sentido de humildad respecto a la magnitud de la Creación.

Apolo 8 también nos dio una de las más bellas imágenes captadas en el Siglo XX:


En inglés se le llama "Earthrise". Es la primera imagen de la Tierra desde otro cuerpo celeste. Y como lo dijeron los astronautas, nos da una nueva visión de nuestro planeta, pero con ojos de entender la exacta dimensión de nuestro mundo. Ya no somos el centro del Universo. Somos un pequeño astro en la inmensidad del Cosmos.

Finalmente. En julio de 1969 llegó el momento de cumplir la consigna de Kennedy. Ya no era sólo desarrollar la nave y la tecnología para llevar un ser humano fuera de nuestro planeta. No sera sólo acercarlo a la Luna. Era que pudiera descender en la Luna y pudiera sentar pie en nuestro satélite natural. Un momento que paralizó, por unos instantes, a casi toda la humanidad.

Yo era un chico de menos de 10 años. Recuerdo que todos en mi casa lo estaban viendo en la tele grande de la sala. Por alguna causa que no recuerdo bien, yo lo estaba viendo en una pequeña televisión portátil que tenían mis papás en su recámara. Y recuerdo que Jacobo Zabludovsky, el gran periodista de la televisión mexicana, junto con Miguel Alemán Velasco, estaban en Houston transmitiendo, en vivo, el momento para México.

Esta fue parte de su narración, que es elocuente en sí misma:


Desgraciadamente, hay una parte de la narración que no quedó en este video y que, de alguna  manera, da una idea del asombro y la incredulidad de que, efectivamente, en esos precisos instantes, a 300,000 kilómetros de donde estaban, un ser humano estaba enviando imágenes desde la Luna. Era algo así: "... las primeras escenas, en vivo, desde la Luna, captadas aquí en la Tierra. Desde la superficie de la Luna... desde la superficie de la Luna... desde la superficie de la Luna, se dice fácil". Y Miguel Alemán Velasco se sumó al comentario diciendo "Señoras y señores. Este es un momento extraordinario".

Independientemente de las dos horas de caminata lunar, de los tres días de ida y otros tantos de regreso, el esfuerzo y el espíritu del ser humano había logrado lo que se pensaba imposible: salir de la atmósfera de la Tierra, recorrer una distancia inimaginable y llegar a otro cuerpo celeste e, igualmente importante, regresar a salvo a casa.

El reto de John Kennedy se había cumplido.

La Unión Soviética no logró el mismo objetivo por escasas dos semanas. Su cohete, el N-1, estalló catastróficamente en una prueba de despegue en Baikonur, Kazajstán, cerrando definitivamnete el esfuerzo de la URSS en llegar a la Luna. Afortunadamente, era una prueba no tripulada, de otro modo, hubiera sido una triste repetición de la tragedia del Apolo 1.

La historia del Programa Apolo siguió por 6 misiones más, Dos estrenando nueva tecnología como el primer automóvil en circular fuera de la Tierra, así como video mejorado para ver las actividades de los astronautas, ahora por varios días, por sólo citar algunos ejemplos. Una misión que convirtió una falla irreparable en el espacio en un ejemplo del ingenio, la creatividad y el espíritu de supervivencia del ser humano: Apolo 13, inmortalizada en una gran producción cinematográfica de 1995.

La falta de interés del público, las necesidades del gobierno de Estados Unidos de ver por otras cosas, y un cierto sentimiento de "misión cumplida" hicieron que NASA cancelara los lanzamientos de Apolo 18, 19 y 20. Pero se dieron las bases para la siguiente etapa del Programa Espacial: el transbordador.

Pero por esos instantes en la noche del 20 de julio de 1969, la Humanidad dejó de lado sus diferencias, y se unió en un sentimiento de asombro y maravilla de haber llegado a la Luna y haber dejado este testimonio:


La "Placa Lunar" dice: "Aquí hombres del Planeta Tierra pusieron su pie por primera vez en la Luna. Julio de 1969 AD. Vinimos en paz por toda la Humanidad".

Esta proeza plasmó el espíritu de exploración que ha caracterizado a NASA. Al magen de motivaciones políticas o intereses diversos, los hombres y mujeres que han dado años de trabajo, experiencia, creatividad, y espíritu de aventura han hecho que esta agencia haya personificado el motor que ha hecho que la Humanidad, desde sus orígenes, saliera de su zona de confort y se lanzara a descubir, primero, nuevos continentes, ahora nuevos astros, y explorarlos. O, como escribiera Amado Nervo, "Quien será, en un futuro no lejano, el Cristóbal Colón de algún planeta?¿Quién podrá, con máquina potente, sondear el océano del éter, y llevarnos de la mano allí dónde llegaron sólamente los osados sueños del poeta?".

NASA preparó un video con un mensaje similar, con un mensaje intenso y elocuente:


Yo me considero un explorador. No a la escala del Programa Espacial, pero al dejar mi casa y mi tierra para embarcarme en la experiencia del Servicio Exterior, soy un explorador con un mensaje de paz, a donde me toque representar a mi país.

El reto y la aventura de vivir en el exterior.