31 diciembre, 2014

El último día de año

Cuando uno vive en el exterior, se presencian ciclos que inician y concluyen, como en cualquiera otra parte. La diferencia es dónde los viva uno.

Así ha sido conmigo en estos tiempos recientes. El ver a mi madre emprender el camino a la Eternidad fue cerrar un ciclo fundamental de mi existencia, ya hemos platicado de ello, ¿recuerdan? El solo hecho de haber regresado a la Patria, después de 17 años fuera ha sido, a la vez, el inicio de varios ciclos y el cierre de otros. Y también vivencias que han empezado y terminado en estos tres años y medio de estancia acá.

Y, como es lo propio de estas épocas, cuando el año da sus últimos suspiros antes de fenecer y dar paso a un nuevo período, siempre se hace necesario, y es ciertamente saludable, hacer una revisión de lo que se ha vivido en el año que termina y las expectativas para el que está por comenzar.

Me ha alegrado volver de lleno al blog, a compartir con ustedes, amigos lectores y lectoras, las experiencias y anécdotas de lo que ha sido mi carrera en el Servicio Exterior. Y el compromiso es que, en el año que inicia, esta charla continúe fluida y amena, esperando contar con su lectura y aportaciones y porras, que siempre son bien recibidas y resultan motivadoras para seguir adelante.

Es siempre grato contar con la familia, resulta un pilar indispensable en los avatares que el destino pone a uno en su camino. Delia y los chicos, y Ágatha, por supuesto, han sido una presencia fundamental en este año, como lo han sido siempre. Su paciencia, su cariño, su apoyo, sus bromas, sus risas, su impulso... ¿Qué más se puede decir, sin quedar corto? Debo decir que Delia ha sido uno de los motores fundamentales de este espacio, y es ella quien me inspira y motiva a sentarme al teclado y empezar a plasmar en texto los recuerdos y reflexiones que les he compartido a lo largo de estos 5 años de blog (Empezamos en 2009, cuando todavía estábamos en Texas. Ojalá alguien visite esas primeras entregas...).


Los amigos han sido siempre bálsamo para hacer más llevadera la cotidianidad. En la oficina, en el feisbuc, los de mi primaria (y de la que ya escribí en alguna ocasión), los de otras etapas de mi vida, y los que se llegan a integrar en la ruta, son compañía invaluable que siempre es agradecida. Ustedes saben que me refiero a ustedes. Mil gracias por un año más de su presencia.

El trabajo ha sido, como siempre, intenso y absorbente, sin embargo, adornado con satisfacciones y logros adquiridos, para el bien de quienes reciben nuestros servicios y documentos. Jornadas con tensión y estrés, pero todo es parte del espectáculo. Algunos viajes de trabajo hicieron que el tedio no se apoderara del todo del tiempo de oficina. Miami, Monterrey, Sacramento (California), fueron salidas de trabajo y a la vez de reposo, al terminar las labores del día y tener el tiempo para pasear y pensar sobre lo que ocupara mi mente en ese momento. Siempre ayuda estar en un espacio distinto y  ajeno al de todos los días para dejar que la mente vuele y trate de encontrarle la cuadratura al círculo.


Este año empecé, o mejor dicho, retomé una actividad que había dejado muy atrás, y es la de escritor, y en particular, de cuentos fantásticos, que yo ubico en la Ciencia-Ficción, que es un género que me encanta. Les he compartido en Facebook (ahora sí lo escribo bien para que no se me confundan) estas historias cortas. Y digo "retomé" porque el primer cuento lo escribí antes de conocer siquiera a Delia, en 1989, para ser precisos. Al día de hoy llevo 4 ó 5 relatos ya elaborados. Un par de ellos como pruebas para ser si me era posible, dentro de mi estilo, poder tomar una idea y darle forma de cuento. A decir de muchos de ustedes, lo logré, y eso es una enorme satisfacción. Hay varios temas en el tintero y que el año que empieza dará el tiempo y la oportunidad de pasarlos del campo de las ideas al de la realidad.

Y en este año regresé al modelismo, después de haberlo suspendido por muchos años. ¡Desde Albuquerque!! Si buen ha sido un regreso muy débil (sólo pinté un par de piezas de un modelo que
tengo atrasado desde 2002), el grupo que me favoreció este reencuentro con el pasatiempo ha sido una maravilla de adquisición en mi grupo de amigos y conocidos. Sus charlas, consejos y motivación para armar y pintar ha sido muy grande, pero por una cosa u otra no he sido muy constante, y sin embargo, me echan porras como el que va todos los sábados a las reuniones. Esa gente realmente lo enriquece a uno.

Y también ha habido el cierre de círculos, de ciclos, de etapas. No ahondaré mucho en ello. Es lo que ya no es y que debe quedarse atrás, pero que, sin duda, su presencia dejó una huella en nuestra vida de muchas y variadas maneras.Las últimas campanadas del reloj del año darán los últimos golpes de pala a la tumba de lo que se cierra para siempre. El nuevo ciclo será como el alba de un nuevo día, en el que lo que se dejó atrás, lo que dejamos que se perdiera en el horizonte, no sea mas que un vago recuerdo en la memoria, y que incluso ese recuerdo se desvanecerá con las luces del amanecer que anuncia los primeros rayos del Sol del nuevo año, de la nueva etapa que se inicia con el 1 de enero. Nada en la vida es gratis. Por lo que se recibe para bien, se debe renunciar a lo que se ha obtenido
para lo que no ha sido bueno. La idea es crecer, aprender lo los errores, las imprudencias, los actos equivocados y los pasos en falso. Incluso de los actos hechos de mala fe o por maldad, Todo cuenta.

El nuevo año implica desarrollo, crecimiento, aprender de la experiencia y mejorar como personas en todos los aspectos. Dar paso a los nuevos proyectos, a lo que nos tenga preparado este nuevo ciclo. Construir nuevos puentes, conservar los valiosos y destruir los perjudiciales y nocivos. Un renacer de las cenizas del periodo anterior, pero ahora con nuevas y reforzadas energías, mayor motivación, nuevas esperanzas, nuevas aspiraciones. Buscar lo que se ha anhelado con todo el corazón y conseguirlo, si eso nos ayuda a superarnos como individuos y como parte de un contexto (trabajo, familia, amistades, etc.). Yo tengo mis aspiraciones, y las he compartido con ustedes: el regresar al exterior.

A nombre de Delia, Rebeca y Diego, deseo expresarles a todos y cada uno de ustedes, nuestros mejores deseos para que 2015 sea un año de alegría, salud, felicidad, éxito y fortuna. Que sus logros y aspiraciones se cumplan y que puedan empezar nuevos y mejores proyectos en el nuevo año. Nada más recuerden la célebre frase de que "tengan cuidado con lo que desean, porque puede llegar a cumplirse". Como quiera que sea, que el Año Nuevo empiece con burbujas de alegría y transcurra con ríos de felicidad y fortuna.

 ¡Feliz Año Nuevo! Y emprenderemos este nuevo año el camino rumbo al exterior.

26 diciembre, 2014

Una nueva Navidad

Cuando uno vive en el exterior se viven grandes transformaciones. Al empezar el camino, se va como un principiante en las rutas y veredas del mundo y del Servicio Exterior. Con el paso del tiempo se logra crecer en la piel y la experiencia, dejando atrás al novato que inició la jornada hace años.

Y esa transformación se extiende, igualmente, a todo lo que es parte de uno: desde la ropa hasta los hábitos y las costumbres. Y también las tradiciones.

Como la Navidad.

Recordarán que hace un par de años conversábamos sobre lo que era la Navidad y los cambios que había sufrido en los años desde antes de casarme, durante mi matrimonio y después de tomar camino en la carrera. Pues bien, esas transformaciones siguen, y en el último año, como han de saber los que me acompañan en esta conversación llamada "blog", ha tenido cambios profundos que hacen que este periodo lo comente en particular.

En estos días, el 27 de diciembre en particular, será el primer año desde que mi madre emprendió su camino a la Eternidad. Este tiempo ha sido de ausencia, pero no dolorosa, y no es por falta de amor a mi madre. Como alguna vez lo dije, este regreso a la Patria estaba, de alguna manera, puesto en el camino para despedir a nuestros ancestros, tanto de Delia, como míos. En ambos casos, este desenlace se consumó, cerrando nuestros círculos y dejándonos listos para un nuevo recorrido en el exterior, sin el pendiente de la salud o el bienestar de nuestros mayores. Ellos ya descansan el sueño de los Justos.

Quedamos nosotros. Y nuestra Navidad.

Si bien la celebración del año pasado fue la primera en que no estuvimos las familias juntas, ésta fue la primera en que los padres ya no estaban con nosotros. Fue fuera de casa, en Morelos, y fuimos sólo los cuatro: Delia, los chicos y yo, en una noche fría, lluviosa y tranquila. Mas no por eso fue motivo para que no fuese una velada feliz y en familia.

Un anticipo del futuro, cuando ya nos toque estar de nueva cuenta en el camino.

Mas no hay tristeza en el recuerdo. Nostalgia sí, añoranza sí, pero no hay sabor amargo en la boca. Es el curso normal de la vida, alegría por los que estamos, una sonrisa por los que ya no están.

Es pensar que cada Navidad tal vez sea la última. Mas no por eso debemos entregarnos a la tristeza o a la desesperación. Todo lo contrario, es disfrutar la fecha con los seres queridos, sean quienes sean, no importando en donde estemos. Navidad es alegría, más allá de la cena o los regalos. Es el momento que hemos destinado para dejar a una lado las diferencias, los enojos. Hacer una pausa en el camino de la ira y el resentimiento para albergar un deseo de paz y armonía. Más que lamentar a los que dejamos atrás, es dedicar un pensamiento hermoso por todos aquellos que han pasado por nuestra vida y que nos han dejado un recuerdo lindo, un momento de alegría, o tal vez un sentimiento profundo como el amor o la esperanza. Para los que siguen con nosotros, el propósito de que sigan con nosotros y procurarlos para que el contacto no se extinga. Para los que ya no están,  el dulce sabor de la nostalgia y el recuerdo, una mirada al cielo estrellado o las nubes y enviarles, a donde quiera que estén, un mensaje silencioso de gratitud por haber estado con nosotros y el sincero deseo de paz en donde quiera que estén.

El 27 de diciembre se oficiará una misa en la que se pedirá por el descanso de mi madre. Es un pequeño homenaje a su memoria y al amor que repartió con creces entre los que la conocimos.

Para otros que ya no están en nuestras vidas, de manera real o virtual, se tendrá una deferencia, un recuerdo amable.

Y así seguirá transformándose cada vez nuestra visión de la Navidad, como una celebración de la vida: de quienes todavía la tenemos, de quienes amamos y ya no la tienen como la entendemos, de quienes alguna vez formaron parte de la nuestra pero la vida misma hizo que su camino se separara del nuestro...

Del ayer, del hoy y del porvenir.

La evolución de los que vivimos en el exterior.